El simple recordatorio de que
tanto el Estatuto como la Constitucion prevén la convocatoria de elecciones
cuando una situación se vuelve ingobernable, debería ser suficiente para callar
a los que no tienen otra cosa que decir, colocar en su sitio a cada cual, y
respetar el ejercicio de una acción jurídicamente intachable.

Mi criterio es que la solución
adoptada ha sido la correcta. El cainismo mostrado por el PP –no podía
esperarse otra postura a la vista de la incapacidad de sus dirigentes para resolver
sus problemas en los últimos cinco años-, no ha conseguido hasta el momento la
muerte de su hermanastro. Pero lo ha intentado con todas sus fuerzas. La
muestra última ha consistido en no dar ni pan ni agua, tratándolo incluso peor
de lo que trataría a los oponentes ideológicos. En su afán destructor, no ha
dudado en aparearse en distintas ocasiones con el partido socialista, dejando
su trasero a la vista. Desde el nombramiento del Presidente de la Junta, situación
contranatura vista desde cualquier lugar, hasta la enmienda a la totalidad de
los presupuestos sin molestarse lo más mínimo en enriquecer el anteproyecto,
aunque ahora el sr. Goñi ejerciendo de
Atila, se empeñe en intentar enharinar lo ocurrido mediante dudas, señalando
que había algunos diputados de Foro que querían negociar. Hasta el más idiota
sabe que para negociar se necesita disposición a hacerlo, y el que debería
haber mostrado esa disposición era el PP, por cuanto Foro había hecho ya su
propuesta.

Estos seis meses de gobierno de
Foro han conseguido algo: el asentamiento de un partido nuevo que ha recogido
el hartazgo de una gran parte de la sociedad asturiana, harta ya de que “los de
siempre” no hayan conseguido ilusionarla durante casi cuarenta años. Aunque
solo fuera por eso, hacía falta un aire nuevo. Ahora algunos señalan que ha
fracasado. Por favor, como se puede decir que un niño con seis meses ha
fracasado… Si no le han dejado ni siquiera andar solo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario