viernes, 27 de enero de 2012

Censura en la red


El tema más tratado por los internautas últimamente es la normativa por la cual Twitter ha decidido no publicar aquellos mensajes injuriosos o insultantes, con arreglo al sentido que ambos adjetivos tienen en nuestra cultura.
Cierto es que una gran cantidad de foros en general, y algunos temáticos de Twitter en particular, son generalmente infumables. Los insultos, palabrotas, etc, suelen ser el único argumento que algunos tienen para fundamentar sus opiniones. En ocasiones los insultos son genéricos y van dirigidos a colectivos o grupos determinados; en otras se dirigen a particulares. Todos ellos con un ropaje de anonimato que permite la red y que hace más fácil el mismo o cuando menos, más ………
Tambien es cierto que, en cuanto se autoriza moralmente algún tipo de control sobre las opiniones, sin garantías suficientes, se corre el riesgo de abrir una puerta que, aún estando cerrada, en ocasiones da la sensación de que es manipulada.
Sin embargo, en mi modesta opinión, además de constituir un tipo de violencia, los insultos no contribuyen a enriquecer un debate ni son en si mismo una opinión. A veces puede entenderse que la rabia no permite acudir al diccionario para encontrar las palabras justas con las cuales exponer un criterio, y el mismo se sentimentaliza autopermitiéndose un “palabro” insultante.
Hay dos temáticas que prácticamente recogen este tipo de lenguaje soez: la política y el fútbol. En este último, como los foros en ocasiones traspasan fronteras, el nivel de mala educación, insultos y en muchas ocasiones ofensas a la razón, marcan un nivel bastante difícil de superar. En algunas ocasiones, incluso, cuando se infiere a algún grupo de aficionados, las provocaciones pasan a ser físicas, citándose en algún lugar para, al más puro uso troglodita, intentar imponer la propia fuerza, entendiendo que la misma es equivalente a la razón.
Por eso a mi no me molesta el control que Twitter pretende imponer. Imagino que hará  públicas las normas a aplicar y devolverá a su progenitor el mensaje no publicado. Simplemente debe ser ecuánime y coherente. Y debe hacerlo una comisión cuyos miembros sean públicos y con formación jurídico-sociológica.
Porque, de algo de lo que no se habla habitualmente, es de la censura que muchos medios de comunicación que ofrecen servicios interactivos de opinión sobre sus noticias y artículos, vienen  aplicando de manera solapada, no publicando comentarios que van en la línea opuesta a la que ellos mantienen (y que no incluyen ningun insulto). Y ello a pesar de que te obligan a registrarte para opinar… No hay que señalar nombres, basta con observar los pocos comentarios que recogen y que habitualmente no llegan a la decena. Además, todos van en la línea del autor del artículo. Les invito a comprobarlo.

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