martes, 1 de noviembre de 2016

Lo verosímil y lo veraz


Nadie puede dudar de la crispación y enfrentamiento social que provocan determinadas acciones o inacciones políticas. Mi opinión es que la mayoría toman postura por sentimientos y no por razonamientos. Si atendemos a la situación general, todo el mundo  tiene el criterio de que la política en general, y la clase política en particular están totalmente enmierdadas. Aunque solo fuera por aplicación del principio de oposición, sabemos que es imposible. Sin embargo la sensación general es de asco.

¿Y por qué ocurre esto? Está claro que existen casos muy llamativos que abonan el sentimiento, pero lo cierto es que, si esos casos se aislasen, se informase de ellos con veracidad (no con verosimilitud), y fuesen juzgados en un tiempo corto, no serían como nos los explican. Porque además, las redes sociales a través de las memes (unidad básica de información política actual), y las referencias sarcásticas con o sin imágenes, sustituyen generalmente al análisis, incluso en los medios de comunicación más investigadores. Importa más el tráfico del meme y del sarcasmo que su verdad.
A un principio de acción, le sigue otro de reacción, por eso empiezan a aparecer en algunos lugares, los FactCheck, que son grupos de personas que se enfrentan a la mentira o a la manipulación, explicando en las redes y en tiempo real la verdad, en relación con la mentira que nos cuentan o que está circulando. La gente se queda generalmente con la música de una respuesta, pasando por alto la letra. Y nuestros políticos (ciertamente unos más que otros) no se ponen colorados cuando hablan de lo que no saben ni tampoco cuando mienten. Por eso sería necesario –para no tener la sensación de que todo se va a la mierda- que alguien de manera inmediata nos subrayara las mentiras, pero con información real.