lunes, 23 de octubre de 2023

CREDIBILIDAD, valor decadente

 

No sé si será apreciación mía pero lo cierto es que cada vez se desconfía más de lo que te dicen. Han convertido los eslóganes y la propaganda en herramienta de comunicación y en consecuencia la gente, al menos la crítica, la que no traga al primer intento, generalmente desconfía, es decir, no se fía.

Generalmente los que emiten los mensajes nunca los argumentan sino que los lanzan de manera muy corta. Porque así entienden que llegan y quedan con más facilidad. Igual que cuando te presentan cualquier producto y en el mensaje hay muchas llamadas de atención (imágenes, chicas despampanantes, paisajes idílicos…), pero sobre el tema central ninguna explicación razonable.

Incluso suelen tirar de referencias visibles desde lejos, aportando esquemas circulares o de tendencias o columnas en donde destacan lo que les interesa. Y generalmente esas herramientas son más manipulables que las palabras. Rara vez te indican los valores de los ejes de los gráficos, o los datos de cada eje los cuales, de ser cierto, pueden transformarse en la imagen y lo que es inapreciable, aparece aumentado o viceversa.

Cuando te presentan encuestas de opinión las preguntas están planteadas de manera que ellas mismas

 incitan a la respuesta que quieren; no suelen comentar los datos sociológicos de la misma y el resultado final está en consonancia con lo que quiere el que encarga la encuesta y la ha pagado.

Y todo ello viene condicionado por la apatía juvenil y su falta de crítica autónoma y personal. Generalmente los comentarios y opiniones suelen ser los mismos que les han insinuado y si algún joven se atreve a cuestionarlo, lo ningunean o dice tonterías. Las RRSS están llenas de muestras aunque las propias redes suelen ser las más manipuladoras.

Lo nuevo en estos últimos años es el apoyo que algunas mentiras, tienen en los medios de comunicación. Las nuevas tandas de titulados parece que son fáciles de incorporar el ejército de apoyos. Hay dos motivos (creo), por un lado el paro de estos profesionales que resulta ya bastante elevado y los que trabajan están dispuestos a tragarlo todo… Y por otro las deficiencias de su formación. Ahora para apoyar sus criterios, referencian a películas o a plataformas de entretenimiento como si los guiones resultasen argumentarios válidos.

Por todo ello apena ver lo que viene, el aborregamiento general hasta que en un momento dado explote y se vuelva a empezar.