lunes, 16 de junio de 2008

¿indefensiòn docente?

Me cuenta un amigo que ha pasado por un muy mal trago. Es docente y da clase en Secundaria, tanto en ESO como en bachillerato. Viene observando en los ultimos años de manera exagerada, el deterioro de su función, la falta de reconocimiento de su trabajo y -lo que es peor- la indefensión que tiene ante la mentira y artimañas. Ante cualquier situación conflictiva de conducta, es él quien aparece siempre como pseudoculpable, y debe demostrar su inocencia. Generalmente, el alumno, es lo contrario.
Me cuenta que el otro día, en un grupo al que no da clase pero cuidaba durante la guardia (un 1º de ESO), un alumno se levantó a pegar -no sabe si en serio o de broma- y pegó, a otro delante de sus narices. Se dirigió al alumno agresor y cogiéndole del brazo, lo llevó a su silla.
Al dia siguiente, un policia nacional se presentó en el centro a pedir su filiación porque la madre del alumno agresor habia denunciado al profesor por AGRESION.
¡Manda ...! como diría el político. Se convocó el Juicio de Faltas a los tres dias, y cuando iban a entrar, el abogado del denunciante, se acercó a mi amigo para venderle un acuerdo, en nombre de la madre. Como mi amigo no aceptase, después de hablar con la familia -el abogado- volvió a hablar con mi amigo y le dijo que habia convencido a la familia para que retirase en aquel momento la denuncia.
Mi amigo lo que quería era que pasase aquel trago cuanto antes, y aceptó pese a que la condiciòn del abogado era que no tomase represalias contra el alumno y su familia.
Ahora está arrepentido de no haber tomado represalias. Ahora piensa que debería haber denunciado -en aquel momento ya- la "oferta", y pedir daños y perjuicios por haber dañado su honor y dignidad. Pero ya es tarde.
De este relato -del cual hay cientos de copias similares en las Comisarías- le quedó la herida en el alma de que, a un mes de su jubilación y despues de 40 años, un mocoso y su familia, utilizando la mentira como argumentos, y la ley como instrumento, le tuvo, inicialmente, tres dias sin dormir con la constante interrogación del ¿por qué a mí?, sufriendo por si su familia se enteraba (no quiso comentar nada y es hoy el dia que no lo ha hecho), y sobre todo por la indefensión sentida y la falta de apoyo en los pocos compañeros que sabían algo, doliendole que los instrumentos de un Estado de derecho, sirvan para promover la mentira y, si de demuestra que lo es, no tengan un instrumento para volver a la ley contra el que intentó hacer fraude de ella para su propio beneficio.
Sencillamente de locos