lunes, 20 de agosto de 2012

Assange


Llama poderosamente la atención (al menos me la llama a mi), todo el montaje mediático que se ha elevado en torno al caso Wikileaks. Por el momento ha desembocado en una situación absurda a nivel internacional, tomando como referencia a una persona que, nos guste o no nos guste, ha sido imputada por abusos sexuales en un país y por descubrimiento de secretos oficiales, en otro. Es decir, un presunto delincuente.
Pero, al parecer un delincuente que  cae bien. Como esos que roban a los ricos para –dicen- dárselo a los pobres. Pero en este caso, que sepamos, no se lo ha dado a ningún pobre, más bien le ha servido para contratar servicios jurídicos de todo tipo, en los cuales busca apoyo mediático porque quizás sepa que el jurídico le va a servir de poco.
Y la gente en su línea. Solidarizándose, y olvidando que quizás tenga un vecino más necesitado de esa solidaridad, con problemas que él no se ha buscado y, por supuesto, sin estar imputado por nada. Somos unos hipócritas.
Conste que a mi personalmente me la trae al pairo lo que le pase al señor ese (excepto por supuesto que le condenen a muerte), siempre que se le aplique la ley sobre lo que ha hecho. Y si no ha hecho nada, que se vaya a su casa. Ya tenemos bastantes ciudadanos del mundo en situaciones extremas –sin haberlo merecido-, y a los que no dedicamos generalmente ni un segundo de nuestro tiempo. Y de ellos no se preocupa nadie.
Opino, además, que el hecho de que determinados personajes apoyen a este señor, le ha hecho un flaco favor. Pero ha sido él quien se ha buscado a los personajes. Como diría un periodista de la literatura, en una huida hacia adelante.
El fenómeno es parecido a los montajes de los mass media, de  los cuales se retroalimentan. En ocasiones se inician con un hecho real que pronto se encargan de engalanar hasta modificarlo completamente. En otras un hecho inventado que les alimenta y engorda durante algún tiempo, hasta que surge (o crean)  otro.
Por ello no me va a llevar medio segundo preocuparme de ese señor. Entre otras cosas porque no dudo de los sistemas legales de los países que lo reclaman o lo tienen. Exactamente lo contrario de lo que me ocurre con los países que lo defienden. Si yo estuviera en su caso, con estos amigos que me he buscado, temblaría.