El último año en base a situaciones muy desgraciadas de
mucha gente, ambos conceptos han sido mezclados de tal manera que la mayoría de
la gente no distingue entre uno y otro.
Si al hecho se le suma la iniciativa legislativa popular –a
la que me he sumado- y los escraches protagonizados por la Plataforma
Antideshaucios, unido todo ello a las vinculaciones extrañas de su cara más
visible y a declaraciones poco afortunadas de sus dirigentes (¿), la confusión
todavía es mayor.
A mi me gustaría que en los actos públicos que provocan
cuando intentan paralizar un deshaucio, nos diesen un resumen de los hechos de
aquello por lo que protestan porque dan la impresión de que todos los
deshaucios son motivados por impago de hipotecas, y este impago en todos los
casos está provocado por una situación económica al borde del abismo. Y es que
no siempre es así aunque quizás sea cierto en aquellos casos más mediáticos que
presentan en los medios y en concreto en la televisión.
Me gustaría que también estuviesen organizados aquellos
propietarios de clase media que llevan años intentando deshauciar a
arrendatarios sin conseguirlo por la lentitud de la justicia y que cuando lo
consiguen encuentran su piso en una situación de destrozo generalizado sin que
esté en su mano ninguna opción de reclamación sobre los culpables.
Y esos también son deshaucios. Y no por impago de una hipoteca de un banco en la cual han
engañado el receptor de la hipoteca. Por eso tengo mis dudas no tanto en los
miembros de la Plataforma sino en sus voceros, en sus representantes. Cuando
acabe esta protesta empezará otra sobre otro tema –legítimo- y a buen seguro
que los voceros de la Plataforma encontrarán su sitio en un partido político,
cuya culpa también ha sido importante en el problema actual porque éste no es
de hace un año. La única diferencia está en que ahora hay otro partido en el
gobierno y la veda y la libertad, está más abierta que nunca.
Y acabo de ver en un programa de TV como un portavoz de la
plataforma, utilizando la estrategia habitual de los tertulianos actuales, no
solamente no ha escuchado los argumentos de sus compañeros de plató sino que no
ha parado de hablar de manera impertinente utilizando ese lenguaje que tanto
gusta y que sería totalmente desarmable si, al menos, estuviese callado dos
minutos para escuchar otras opiniones. Hasta tal punto ha estado impertinente
(valor en alza últimamente) que ha hecho llorar a una compañera al explotar su
indefensión sencillamente porque no le permitia hablar.
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