Mi situación personal actual, me permite dedicar el tiempo a
lo que me da la gana. Nuestro expresidente Zapatero lo dedica a contar nubes.
Yo he probado y realmente es entretenido pero a base de hacerlo un dia y otro,
acaba aburriendo porque hay algunos días –pocos-sin nubes.
Por eso lo ocupo últimamente con las tertulias de la tele.
He visto en las encuestas del CIS que la gente da credibilidad a la tele, en
primer lugar; luego a la radio, etc, etc.
Realmente no sé como diferencian porque todos hablan de lo mismo y sin
embargo, en la tele, se les ve la cara a los opinadores. Con un mínimo de
observación de lenguaje corporal, y otro poco de oído, uno enseguida se da
cuenta de que la mayoría de los tertulianos no tienen ni idea de lo que hablan.
Y por eso se permiten hablar de todo expresando los mismos mantras al margen
del medio en el que se expresen.
Si algo no tienen las tertulias televisivas –a mi juicio- es
rigor y en consecuencia tampoco credibilidad. Ocurre que en este país somos muy
aficionados a colocarnos (o a que nos coloquen) en determinado bando. Así, si
no eres del Madrid, eres del Barça; si no eres del País, eres del Mundo; si no
eres del Psoe eres del PP, si no eres del norte, eres del sur, y así
sucesivamente. Por eso en las tertulias televisivas están un grupo de
tertulianos que siempre son los mismos. Y por eso ya se sabe lo que van a decir
en la tertulia: generalmente lo mismo que dijeron en la otra.
Han sido capaces de cambiar el nombre de lo que antes eran
Debates, por el de Tertulia. Ya solo falta que lo hagan en el bar (algunos
tienen bebida y comida) para que realmente sea una tertulia de chigre como
decimos en Asturias. Y en una tertulia de chigre se dicen muchas cosas,
sabiendo o no sabiendo, opinando a la ligera o callando… Al fin y al cabo no se
trata de crear opinión, sino de pasar el rato.
Pero en la tele es otra cosa. Se crea opinión. Y si se
miente en los datos hay muchos espectadores que los repetirán fundándose en que
“lo dijo la tele”. Y como decía aquel escritor, “me he dado cuenta de cómo
mienten los periódicos porque han hablado de cosas que conozco muy en primera
persona. ¿Qué no harán con lo que desconozco?
Entre los tertulianos (no los considero en general
periodistas) hay algunos que aportan datos para respaldar su criterio; otros
que repiten como cacatúas lo mismo que han dicho como opiniones y utilizan
habitualmente el “según mi criterio”, otros que hacen de ambientadores, es
decir, no aportan más que una ocurrencia para tapar “el olor”, el cual vuelve
enseguida.
Pero si algo me preocupa de las tertulias actuales, además
de su general falta de rigor, es el como calan en alguna gente, en esa gente
moldeable del “corta y pega” que no se preocupa por elaborar su propio criterio
(con fundamento como diría el cocinero), sino que le resulta más fácil el
copieteo. Por eso cuando le pides datos de su opinión no saben qué decirte mas
que aquello de “lo dijeron en la tele” o “lo pone el periódico”. Este es
precisamente el camino del adoctrinamiento… y por él caminamos.
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