viernes, 26 de junio de 2015

El lenguaje de las redes


No es ninguna novedad decir que las Redes sociales han provocado una cantidad de cambios en los comportamientos humanos cómo no habían ocurrido (al menos en cuanto a la rapidez) en ningún momento de la historia. Como en todo, hasta dentro de algún tiempo, no se sabrá si la experiencia ha sido buena o mala. Quizás haya tenido de todo como todas las experiencias.
Pero en lo que respecta a la comunicación humana, y sobre todo a la colectiva, está claro que algunos elementos característicos de las redes, favorecen comportamientos y pronunciamientos que, en comunicación real, posiblemente no estuviesen presentes. Y no hablamos de las formas gramaticales, sino de los contenidos de las conversaciones.

Solamente cuando se es mayor, se es capaz de valorar los tiempos en una conversación. Ahora mismo, a mi me repatea el que alguien te conteste cuando todavía nos has terminado tu intervención. Incluso asumiendo que algunas intervenciones aportan un 90% de expresiones que no tienen nada que ver con el núcleo de la opinión/pregunta; es decir, sobran. Y es que está de moda el hablar dos o tres al mismo tiempo. Quizás por eso normalmente son incapaces de entenderse, pero es que, en mi caso al menos, me levanta dolor de cabeza.
Seguir algunas tertulias (y no me refiero solamente a las inútiles que buscan el espectáculo en si mismas), son realmente insufribles. Creo que si no existiesen las teclas de desconexión o silencio, nos volveríamos locos. Y es que parece que el objetivo es hablar más que el otro aunque no digas nada (y para eso nuestra lengua es riquísima).
Por eso la ventaja de las redes es que, como no hablas sino que escribes, los tiempos son los que son. Lo cual a veces es una desventaja porque no puedes alegar el típico “yo no dije eso”, sencillamente porque está escrito y aunque “no hubieras querido decirlo”, ahí está. Por ello luego se inventan un término para justificarse: está “descontextualizado”. Pero lo malo es que ha quedado escrito.
Ahora vienen las redes ofreciendo la posibilidad de borrar lo que has dicho. En algunos casos te dan hasta 30 segundos. A todas luces insuficientes porque lo que has dicho lo has hecho al mismo tiempo que escuchabas al otro, y estabas en “prevengan” sobre lo que creías que te iban a decir.
Por eso no debe extrañarnos que nos saquen los colores al recordarnos –y demostrarnos-, nuestros antecedentes, sobre todo cuando muestran lo contrario de lo que predicas. Y a los mortales no están permitidas las contradicciones (sobre todo cuando estás en política). Esto solo está permitido a los religiosos porque u oferta suele estar en un tiempo del que no ha vuelto nadie para demostrar la contradicción.

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