Desde hace algún tiempo -alrededor de cinco años- venimos observando sobre todo en el mundo político, cómo muchos profesionales son capaces de mentir de manera descarada y demostrable, bien utilizando giros semánticos, bien haciendolo claramente, sin que se le marque ningun rictus en la cara que permita relacionar lo dicho con la mentira.
Y sin embargo nos consta que mienten porque tenemos cientos de argumentos que lo demuestran. ¿Que ocurre entonces?¿por qué les da lo mismo que los pillen en una mentira?. La respuesta está clara: mentir es gratis.
En la enseñanza, actualmente, se observa lo mismo. El adolescente siempre ha tenido tendencia a mentir para salvarse de algo. Ahora lo hace por sistema, porque de todas formas está salvado. Tambien es gratis, y en el peor de los casos, te dicen que lo demuestres.
Recientemente un político docente dijo por los lugares astures, que en la educación lo importante es el alumno. El alumno en el sistema educativo, es objeto de enseñanza. Su educación se consigue en más ámbitos, y fundamentalmente en su familia. En cualquier caso el alumno sí es el principal objetivo -y objeto- de la educación, pero está claro que no es lo "mas importante". Lo más importante son los valores y principios que se le inculcan, entre otros motivos, porque éstos son casi permanentes, cosa que no pasa con el alumno.
Mientras se lleve al ánimo del estudiante que "es lo unico importante", será capaz de mentir ante cualquier situación, porque le saldrá gratis, al ser lo unico importante
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