Desde hace casi dos décadas se viene apreciando en las
tertulias e incluso debates sociales, la participación de personajes
discutiendo generalmente sin argumentos (o con pocos) sobre cualquier tipo de
temas. Y los medios de comunicación les han otorgado el título de expertos.
La nueva sensibilidad neutra de la sociedad ha aceptado esta
realidad. Hasta el punto de que se ha apartado de la conversación el
conocimiento dando entrada a la opinión. Y hay malabaristas de la opinión que
discuten cualquier axioma o cualquier evidencia, únicamente a base de
intervenir una y otra vez bordeando e incluso cambiando el tema de la
discusión, con tal de seguir siendo protagonista de las intervenciones.
Y es una situación que no solamente se da en la barra del
bar, sino en escenarios que en otra época estaban reservados a personas con
conocimientos, respetuosos hasta el punto de dejarse convencer con los
argumentos serios del interlocutor.
Ahora, cualquier programa de los medios de comunicación
incorpora a sus debates a personajes capaces de hablar de distintos y distantes
temas como si realmente entendiesen de todo cuando realmente rascando un poco,
o simplemente escuchando, dejan ver su ignorancia supina (o relativa) sobre lo
que se trata.
Y la sociedad, como ha ocurrido muchas veces, tolera,
simplemente porque lo políticamente correcto sugiere no desnudar al ignorante, para
evitar ir contra corriente. Generalmente porque es alguien público y conocido. ¿O
es que la sociedad no tiene interés en el conocimiento?. No está bien visto
decirle –y demostrarle- al que no sabe, que no sabe. Igual que es muy difícil que
alguien reconozca que no sabe de algo. ¡con lo fácil que es decirlo!
Sencillamente porque es lo habitual.
Ahora, cuando alguien que domina un tema, se explaya
explicándolo ante un auditorio deseoso de empacharse de conocimiento, siempre
alguien, confundiendo notoriedad con soberbia, aparece para discrepar por el
solo hecho de opinar lo contrario, y sin ningún argumento que le apoye.
El conocimiento en la sociedad actual no vende. Incluso se
le considera soberbia. Para eso está Google o Wikipedia lugares a donde
recurrimos muchos dudosos. Y cada vez más
No hay comentarios:
Publicar un comentario