lunes, 30 de mayo de 2022

 LA MENTIRA ¿ nuevo valor social?

A veces no sé si mi efervescencia mental y su desasosiego es cuestión de edad. Porque mis neuronas analizan los hechos y situaciones actuales y tienden a compararlas con sus antecesores y la valoración es penosa, muy penosa.

En tiempos no muy lejanos, las mentiras tanto individuales como colectivas eran reprobables. Todos tuvimos amigos y otros próximos que hacían de la mentira su comentario habitual. Todos lo sabíamos y habitualmente el recorrido de sus cuentos chinos era muy breve. Ni siquiera aquello de “me lo ha dicho fulanito pero ya sabes…”. Cuando eran los adultos los que mentían, todavía eran más rechazados aunque en ocasiones había entre ellos cierta conmiseración acudiendo al “es superior a él, no puede evitarlo…”

Incluso cuando los políticos mentían no solíamos tener herramientas para comprobar y en su caso combatir sus mentiras. Para eso estaban los medios de comunicación que en muchos casos las derribaban porque tenían más información que nosotros y además, tenían credibilidad.

Pero en los últimos años vienen tan seguidas las mentiras y la falta de control de las mismas por los medios de comunicación que, debido a la saturación de la memoria, como mucho uno recuerda las dos o tres últimas. Siempre la lengua fue instrumento básico para expresar el pensamiento y más concretamente para explicar algo. Pero últimamente la lengua se ha convertido en el fin mismo. Ya es el “que bien habla”; no el “que bien lo explica”.

Les invito  a penetrar en el sentido de las expresiones porque se empieza por decir que es igual que construya bien o mal las oraciones; lo importante es que se le entienda. Y ello se observa claramente en los titulares de las noticias, en los banner explicativos de la tele, en las expresiones de los locutores… Hace no mucho tiempo había correctores de estilo; ahora los correctores son los que acompañan a los editores de texto. Y así nos va.

Muchos entienden esto como anécdota pero la derrota que llevan conseguirá que en un plazo corto la lengua como la entendemos ahora, no servirá para nada y ocurrirá que la suavidad del descenso nos lleve hacia el abismo. Y entonces ya será tarde.

Y solo estamos hablando de la mentira lingüística. Algo parecido e igual de peligroso está ocurriendo en la mentira política

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