domingo, 6 de julio de 2025

... y nos siguen engañando.

 

No, no se trata de percepciones de senectud, se trata de sentido crítico absoluto. Cada vez nos engañan en más cosas y más gente. El engaño ha pasado de ser un arte propio de espectáculos y ejercido por verdaderos artistas en el entretenimiento, a ser una herramienta de desalmados que utilizan tus propias limitaciones (a veces permitidas), para su propio beneficio. De verdadero asco.

La publicidad suele ser el paradigma del engaño. Siempre se entendió así y a pesar de ello, parece que cada vez más personas se creen las ensoñaciones a pies juntillas. Incluso hace algunos años los que más engañan (los políticos) se permitieron normalizar esta herramienta diciendo que la publicidad que no fuese veraz en lo que anunciaba, sería multada como publicidad engañosa. No solamente no consiguieron corregirla sino que parece que la han   abonado para que creciera. Y lo han conseguido.

¿Recuerdan cuando ZP “retiró” la publicidad de la Televisión Pública?. Ahora ya no les llaman anuncios; ahora son “promociones” de promotores. Empezó siendo uno el promotor, ahora ya suelen ser como mínimo cuatro. Se nos dice que lo hacen para reducir gastos de emisiones de programas. Algo así como cuando nos dicen que aumentan los impuestos para mejorar la sanidad y la educación, y ambos servicios siguen empeorando. Porque también el Estado nos engaña de manera descarada. Y los peatones seguimos tragando.

En el plano público acuden a la finalidad del engaño. En el plano privado acuden al precio irrisorio. Y uno piensa que si le van a cobrar 3 euros al mes por contratar una Plataforma de entretenimiento, es poco. Quizás no recuerdan que ese es un nuevo paso, porque anteriormente era gratis. Y dentro de poco subirán y subirán…

Y de los engaños de la web? La ley les obliga a estar identificados y tener canales de comunicación para los clientes, bien telefónicos, bien via mail. Cierto que yo a las vías informativas telefónicas, les tengo realmente alergia porque no solo no sabes con quien hablas sino que mientras hablas tienes que ir eligiendo temas y marcando números. Suelo dirigirme a los emails. Y esa es otra, por muy importante que sea la empresa (ej. Repsol), en muchas ocasiones no te contestan. Te ofrecen una web de clientes en la cual puedes informarte de la relación comercial, hacer consultas, etc. Y cuando no consigues relacionarte por problemas informáticos de la propia web y les remites un correo comentándoselo, pasan días sin ningún tipo de respuesta. Incluso puedes observar que han recibido el correo pero no lo han abierto.


Y los ciudadanos, resignados hasta el absurdo. Hoy surge la noticia de un caos ferroviario en Sevilla(caos repetitivo). Con la ola de calor, los usuarios llevan ocho horas esperando soluciones. Cuando por megafonía avisan de que se ha resuelto el problema, la gente ¡¡¡aplaude!!!. Incomprensible. Pasa una hora desde el aviso y todo sigue igual. Realmente somos idiotas y no tenemos remedio.

Y todo empieza generalmente por enjuiciar a “quien” habla, en vez de analizar “lo que dice”, poniendo por delante de la verdad, el instrumento que la anuncia o denuncia. Y también aquí los medios de comunicación tienen mucha culpa

domingo, 26 de enero de 2025

Nos engañan y nos seguiran engañando...

Siempre he tenido la certeza de que el hombre tiende a engañar al hombre. No solo es un lobo para el hombre como dice el clásico. Pero hasta ahora uno tenía la sensación de que el trilero era alguien inteligente que con determinadas mañas engañaba al incauto cuando este pensaba que el engañado era el otro y su “vergüenza” hacía que no lo contase.

Pero es que ahora lo que veo es que el engañador no es inteligente, es listo y ocurrente y tiene muchísimas más herramientas que antes. En algunos casos el engañador es la administración que dirige al engañado hacia herramientas que éste no conoce o no domina, haciendo uso de una autoridad jurídica (que no moral) que el mismo engañador se ha dado a si mismo.

Podemos hablar de cualquier organismo de la Administración, sea local, autonómica, provincial o nacional. Y hablo que lo que realmente sé. La (pen)última experiencia  es con el Catastro. Diez años llevo intentando que corrijan un gran error con respecto a un inmueble con varios propietarios, cuyo recibo de IBI me pasan a mí por ser el primero de listado. Pero se da el caso de que varios “propietarios” que figuran en el listado, NUNCA HAN TENIDO NINGUNA PROPIEDAD en el inmueble, y sin embargo otros propietarios del listado tienen la mitad de la propiedad que les asigna el Catastro, e incluso un propietario real, no figura en el listado. Al explicar todo esto al Catastro, me piden documentación e incluso gráficos en archivos de imagen con no sé qué  extensión. Incluso me piden documentación de los NO PROPIETARIOS.

Estoy a la espera de que me indique cómo los NO PROPIETARIOS deben documentar que no son propietarios. ¿se imaginan el absurdo?.

O también podemos hablar de una documentación que, por tercera vez, me pide de nuevo una CCAA para justificar una petición de instalación de autoabastecimiento energético de paneles solares, petición realizada hace dos años y todavía en trámite. Y además la documentación han que remitirla por medios electrónicos con lo que ello supone para los que no dominan ni tienen esos medios.

Y es que hace veinte años nos dijeron que las nuevas tecnologías venían para facilitarnos la vida y ahora observamos que, incluso para tomar un café, necesitamos una App en el teléfono inteligente que tenemos para llevar en el bolsillo, conectado con un reloj inteligente que nos avisa de que activemos otro aparato que nos conecta con el auricular que llevamos en la oreja. ¿es esto facilitarnos la vida?

Y todo ello parece programado para que cada vez seamos más indolentes aunque presumamos de solidarios y lo que no nos toca es cosa de otros. Hay millones de casos que explican esta decrepitud social y millones de alertas que solo nos hacen gracia porque generalmente vienen apoyadas por imágenes humorísticas que llaman memes.

Y somos cuatro los preocupados por las babayadas de Trump, Putin o Maduro (por citar solo tres), porque a los demás solo les hacen gracia.

Todo lo anterior vaticina el derrumbe del sistema democrático liberal, resumido ahora mismo a simple matemática. Algo parecido a lo ocurrido en Alemania en 1933 que ya apenas recordamos a donde nos llevó.

Pero la mentira se está consolidando en nuestra sociedad y aunque hay alguien dispuesto a combatirla, al final el mismo provoca y mantiene la mentira. Ejemplo claro es la propia publicidad que observamos un dia y otro sobre todos los temas. O los famosos tutoriales de internet que en un altísimo porcentaje no sirven para nada, cuando no complican más las cosas a los que los utilizan. O la información sobre el tiempo y su previsión. Depende de donde miremos para observar que aunque no se oponen totalmente unas y otras versiones, es difícil que algunas coincidan con la realidad.

La pregunta podría ser ¿Cómo saber con seguridad quien nos miente? Tiene muy difícil solución aunque ahora, quizás la Inteligencia Artificial podría ayudarnos. La corta experiencia es que ha venido (la IA) para engañarnos más.  Pero siempre nos quedaría la duda de a quien reclamar cuando se confundiera.

Recordar que cuanto mas concisas son las explicaciones más fácil es el engaño. Se vé en los políticos. Siempre nos dan el resultado de la información (brevedad), pero nunca nos dicen cual ha sido su información. Tenemos que buscarla. Y eso creo que solo lo hacemos el 10% de la sociedad. Al 90% le vale con lo que digan los suyos. Y así nos va y nos seguirá yendo