lunes, 17 de agosto de 2020

CREDIBILIDAD

Personalmente nunca he dudado tanto. No sé si el problema es mío y de que me estoy haciendo mayor o que la información que me llega es más cuestionada. Lo de hacerse mayor no tiene arreglo. Va con el tiempo y los años y sobre ellos no podemos hacer más que alegrarnos de que vayan pasando. Y parece que es normal que cuantos más años, más dudas. Pero lo que no debería ser normal es el sectarismo de la información que recibimos. Basicamente los medios de comunicación contribuyen a la perplejidad. Es posible que ocurra por la invasión incontrolable de los medios de internet. Ahora cualquiera puede hacer un periódico y publicarlo. Sobran escribientes, y sobre todo escribientes que no saben de nada y tienen la temeridad de los jóvenes. Porque (y está en mi recuerdo), cuando éramos jóvenes sabíamos hasta lo que desconocíamos, pero esa sapiencia quedaba en la pandilla, en los amigos, los cuales no sabían nada de un tema y se fiaban de uno. Hasta que alguien se documentaba y en la siguiente tertulia conseguía que el primer sapiente quedase “como la chata”. Pero de ahí no pasaba, salvo que en la siguiente opinión ya no se le hacía demasiado caso. Pero es que ahora la sube a la nube y ahí queda. Solo unos segundos hasta que alguien busca en Google y lo encuentra, haciéndolo suyo sin preocuparse de buscar más. Y ese es el problema. Que la información que recibimos va más orientada a la ilusión que a la realidad. El Gobierno ha encontrado a un Merlin que se encarga del envoltorio y realmente lo hace bien. Pero ocurre que dentro no hay más que ilusionismo, cosas que se quieren oir y a las que no se hace seguimiento (función de los medios de comunicación) de manera que quedan en el aire. Si a alguien se le ocurre seguirlas aprecia que generalmente al final solo hay humo. Y la falta de credibilidad se nota en las varas de medir distintas de dos grupos de prensa que ven las cosas uno por cada ojo, de manera que la visión del otro ojo es nula. No hace falta más que un pequeño ejercicio de independencia moral para observarlo y tener un montón de ejemplos. Pero a la hora de exponerlos es fácil toparse con una cerrazón y un muro en un 50% de la gente que el esfuerzo resulta inútil y, lo que es peor, desesperante. Y cuando alguien dice que en el tiempo de libertades cualquier época pasada fue mejor, no se equivoca. Simplemente ha tenido que vivirla.

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