viernes, 12 de septiembre de 2014

Cataluña en la encrucijada


Tengo familia en Cataluña al igual que la gran mayoría de los españoles, y me preocupa el viaje que ha marcado un marinero de agua dulce como Mas  y su tripulación.

Y me preocupa más desde que alguien de mi familia a través del Wasapp me ha hecho llegar mensajes de preocupación (más bien miedo), en función de lo que observa en la calle y en los medios.

Mi pariente se define como no independencista, pero me remite una foto con el símbolo de la “V” de la Diada Independencista. Y ahí está precisamente lo que menos entiendo. Si no te sientes independencista,  ¿por qué les haces el juego?. En los textos que me remite repite que no tiene “mucha cultura” pero que vive la calle “dia a dia”. Me dice que en Cataluña ”las tragan gordas” porque “tenemos muchos pagos”. Los jóvenes estudiantes están preparándose para “saltar a la calle”, “los moros tienen mucho poder” y “se hace lo que piden”, además hay “muchos sudamericanos y pakistaníes, y chinos que llevan las mejores tiendas”; aquí “hay miedo”.

Ciertamente me ha preocupado y al mismo tiempo me da miedo como la propaganda puede introducirse en un pueblo a base de aislar la opinión, buscar fuera el origen de los problemas, y victimarse con las situaciones. Verdadero miedo. Porque los que hemos leído la historia y vivido situaciones parecidas, sabemos el final.

Me dice que si entra algún vecino en su casa y no está viendo la emisora oficial de TV, puede que el vecino ya la clasifique y además cuente “lo que le da la gana” en la charla del patio. Y si compra algún periódico que no es “del grupo de los oficiales”, si no lo esconde se arriesga a problemas verbales.  Incluso cuando lo tira a la basura debe ocultarlo. Y a la vista de los problemas solo ve y lee lo oficial. Le sugiero que utilice internet para informarse, porque es más privado. Yo quería decirle que es importante que dedique, al menos el mismo tiempo, a leer-ver medios no catalanes, porque éstos se deben a su amo, al que les da el dinero que luego no tienen para atender problemas reales de los ciudadanos. Le digo que el problema que tienen es de políticos, de gestión… Y me da la razón, pero luego, en las elecciones vuelve a dejarse llevar por el mensaje subliminal de la calle y vota a los mismos que están llevando a su país al abismo del enfrentamiento social cuyo final podemos prever, final que al final será dramático para todos menos para los que han llevado el barco hasta ahí, los cuales se irán de rositas, seguirán viviendo cojonudamente y dentro de otros trescientos años, sus burgueses descendientes volverán a tener mando en plaza, incluso con homenajes públicos, y vuelta a empezar. ¡Una verdadera pena!