viernes, 14 de mayo de 2010

El estrambote

La táctica socialista ha quedado muy clara a lo largo de estos seis años . En el campo laboral, comprar…; en el campo político, comprar…, en el campo social, comprar…, etc. Solo cambiaba de vez en cuando a los compradores según su propio interés, que no era otro que el de seguir, seguir, seguir.


En el plano de los sentimientos, enfrentar…, en el plano de los principios, destruir…, en el plano de la moral, cuestionar…, en el plano de la familia, anular…, etc.

Y le ha dado resultado. Incluso ha metido el sistema, su sistema, en los cerebros de muchas personas que no buscaban cambio en sus principios, ni en sus ideas, pero que poco a poco, con ayuda de medios de amplificación bien subvencionados, oían una y otra vez unas cosas que, repetidas, conseguían de ellos mentes de papagayos, y argumentos idénticos, al margen del análisis de las cuestiones con sentido crítico. Es más fácil copiar que pensar. La muestra personal de esta estación de llegada la he observado hoy: un pensionista pretendía convencerme de que este año no le habían bajado la pensión, le habían subido las retenciones. ¡Hasta ahí hemos llegado!. Me recuerda la expresión gallega: “mexan en riba de nos e dicimos que chove”.

En el plano de las decisiones políticas, siempre la misma táctica. Decisiones erróneas subrayadas en este campo por la oposición, pero siempre con el acuerdo de algunas minorías a cambio de dinero. Cuando el error era incuestionable, marcha atrás o, en otro caso, pedir ayuda para corregir (arrimar el hombro dicen ellos), y el que no ayude es antipatriota y no quiere al país. Han llegado a identificar España con Gobierno, apoyo a España con apoyo a Gobierno. La tendencia es histórica. No consiguen desprenderse de los orígenes…

Suelen llevar las situaciones de manera irresponsable, hacia lugares de difícil retorno. Y cuando están al final de la escapada, hacen de golpe lo que deberían haber hecho de manera sosegada en tiempo pasado. Y claro, cuando uno está sin oxígeno, necesita respiración asistida aunque le mezclen algún vomitivo con el oxígeno. Es lo que hay.

jueves, 6 de mayo de 2010

Nunca tan pocos...

Si la democracia es el gobierno de las mayorías, está claro que lo nuestro no es democracia. Un dia tras otro observamos como las más pequeñas minorías inclinan las decisiones hasta conseguir que éstas, por muy absurdas que sean, se conviertan en “mayorías”.


Y no es referencia únicamente al campo político. Puede extenderse a todos los campos sociales. Recientemente hemos observado como minorías se permiten marcar territorio en la calle, tanto por cuestiones de índole religioso como étnico. Se ha pasado del “respeto a las minorías”, al despotismo de éstas. Y ello porque cuentan con apoyo de medios de comunicación que les dan un exagerado altavoz de manera que lo anecdótico, se convierte en básico y lo básico –como a veces parece políticamente incorrecto- pasa a ser anecdótico. La última memez, la traducción simultánea a las lenguas autonómicas en el Senado.

Algún hortera dice que esa es la esencia de la democracia. Ese hortera suele ser el mismo que a una injusticia deportiva le llama grandeza. Las palabras. Las palabras que tenían un sonido especial en manos de los malabaristas de la lengua, de los escritores, los ensayistas, lo autores los poetas, etc, han pasado a ser utilizadas indebidamente por políticos generalmente poco cultos, y las han destrozado. Era lo poco que nos quedaba y también nos lo han podrido. Tambien en esto colaboran algunos periodistas y medios.

Y vuelvo a insistir en la responsabilidad de los medios. Cuando se les pone en el punto de mira ellos piden “no matar al mensajero”, cuando ellos no solamente hacen de mensajero, sino de empresa de mensajería, de lobby político, de asesores sociales, etc, etc… No hay más que remitirse a hechos recientes en los cuales consiguieron (con voces de los periodistas de “insúltelo señora”), casi ajusticiar a su “culpable” de haber abusado sexualmente de un bebé, cuando luego quedó claro que había sido mentira. Y lo que es peor, los medios marcharon de rositas.

En el fondo se trata de dar niveles de credibilidad a quien, generalmente, no tiene ni capacidad. Unicamente cuenta con el medio y lo usa con una ligereza exagerada apelando a no sé qué tipo de libertad de expresión y al blindaje del secreto profesional. ¡Ya está bien!

Y mientras los políticos se dedican a inventar historias y atender asuntos que solamente a ellos les interesan. ¡Y les da resultado…! Porque consiguen que la gente acuda a la zanahoria. Tenemos claros ejemplos cada día, de manipulación, hasta el punto de que uno puede saber con antelación lo que va a decir tal o cual medio, tal o cual político, tal o cual periodista, sobre una noticia. Es algo, cada vez más parecido, a lo que ocurre con los futbolistas y los entrenadores: siempre dicen lo que los suyos quieren escuchar, incluso cuando lo que dicen es mentira.

¿Cómo es posible que –por no ir con sus intereses- incluso un Parlamento Regional se permita amenazar a un poder del Estado?¿Hasta donde nos va a llevar el revisionismo de nuestros dirigentes?. Seguro que, de continuar con la línea iniciada, muy pronto veremos de Magistrados de los Tribunales (desde el de Paz, hasta el Constitucional) a políticos elegidos por votación. ¡Y como lo son democráticamente…!