Quien me conoce sabe que dudo muchísimo de la estadística
como explicación aunque la admito ligeramente como posibilidad y tendencia.
Pero lo que me llama la atención es la cantidad de papel y
palabras que los medios –sobre todo los deportivos- dedican a los datos. Cuando
no nos recuerdan que tal jugador lleva más de 6000 minutos sin rascarse el culo
durante el juego, nos dicen que tal equipo lleva veinte años sin empatar con
tal otro a cinco goles. Cualquier cosa les sirve para llenar el comentario,
hasta el punto de que tanto en audiovisual como en escrito, ocupan el mismo
tiempo y espacio que el resto de las noticias.
Y cierto es que, en
ocasiones, echo de menos la “memoria” que parecen tener los que se dedican a
informar sobre el futbol y su aplicación a la vida social y política, porque
igual que recuerdan que “hace cinco años en el partido de X contra X, fulanito
tuvo un gesto obsceno hacia la grada”, podrían recordar (y no sé porque no lo
hacen),que tal político, artista, sindicalista, etc, hace poco tiempo decía lo
contrario de lo que dice ahora. Es solo un ejemplo.
Si así lo hicieran harian un gran favor a la ciudadanía que
tiene –en general- una memoria muy frágil sobre todo para aquello que le
chirría de alguna manera. Pero no. La falta de argumentaciones abona la crispación
y si a ello unimos la facilidad de la gente para quedarse en los titulares (la
forma más fina de manipular), queda claro que, lejos de recoger la opinión pública,
la crean para dar origen a la opinión publicada.
Si no están de acuerdo sobre la utilización de la estadística
para banalidades deportivas y a falta de uso en la vida social y política, les
sugiero lean hoy cualquier periódico pero con sentido crítico, sin quedarse en el
titular y utilizando el bagaje cultural que cada uno posee.